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A Bolas le arranca la cana la puerta del autobús

A Bolas le arranca la cana la puerta del autobús

         La felicidad es algo que se tiene o no se tiene.... Bolas era feliz desde el momento en que había adquirido su champú milagroso; ese mismo lunes, ese fatídico lunes, paseaba por las calles de su ciudad casi natal (realmente nació en el Castromil que hacía la ruta Santiago-Coruña, la cabeza salió a la altura de Ordenes y llegando a la zona, hoy conocida como Matogrande, su cuerpecito vio la luz por primera vez) pensando solamente en llegar a su casa y probar aquella poción mágica, la boca se le hacía agua imaginándose la hermosa cabellera que se le iba a poner.

          De repente, a Bolas le cayó algo en la cabeza y pensó: ¡otra paloma más que ha hecho blanco en mi calva!, pero esta vez no era una pidgeon, sino una gota de lluvia.....y tras esa cayó otra, y otra más.......sí, amiguitos ¡estaba lloviendo!. Esto no le gustó nada a Bolas y se puso a correr hacia la parada del autobús......seguía lloviendo y el bus que no venía......por fín, apareció el de la linea 2 y Bolas subió como un rayo. Era hora punta, atestado de gente, y como Bolas no era precisamente un hombre pequeño y manejable, volvió a ganarse a pulso su ya fama de patoso y se fue encontrando los pies de la gente con sus enormes zapatones, las frases que oyó fueron variadas: ¡joder p’al gordo! ¡no levantes los pies....arrástralos!  ¡los huevos....que me rompe la bolsa de los huevos!.......pese a los obstáculos, consiguió llegar a la parte trasera y allí se quedó esperando su parada. Y, como todo lo que se espera......llegó!!  Bolas llamó al timbre y emprendió camino hacia la puerta de salida, volviendo a escuchar las mismas frases que le habían dado la bienvenida, esperó a que el bus se parara y cuando las puertas se abrieron, notó  como si alguien le empujara y aterrizó en la acera; pero....horror!! su bolsillo iba demasiado ligero....se le había caído el elixir capilar!! echó a correo tras el bus aporreándolo para conseguir detener el vehículo y después de unos 50 metros, lo consiguió. Las puertas se abrieron y pudo distinguir, en uno de los peldaños, su cajita milagrosa pisoteada y ultrajada vilmente por el populacho. Bolas se emocionó con la escena y no se percató de que el autobús continuaba la ruta, las puertas se cerraron bruscamente y llegó el fatal accidente......sufrió la baja de un total de 37 pelos de su escasa cabellera (se sabe la cantidad exacta porque quedaron pegados en la goma de la puerta.....hoy en día, 28 años después, el conductor sigue intentando despegarlos, pero sin éxito). Bolas se echó la mano a la cabeza y pensó inocentemente ¡vaya tironcillo! y sin darle mayor importancia continuó su camino.

         Lo primero que hizo al llegar a casa fue poner ruta al cuarto de baño para iniciar su tratamiento, pero al mirarse al espejo.....segundo horror!!  estaba más calvo  de un lado, aquellas puertas asesinas habían sido crueles con Bolas, le habían arrancado los pocos pelos que le quedaban en el lado izquierdo, en el mismo sitio dónde un día naciera La Cana....así era, después de haber comprado al maravilloso champú, Bolas ya no tenía su cana, en su lugar lucía una calvicie lateral. Bolas se deprimió, estuvo dos días encerrado en casa.
         Tres años después, Bolas seguía sin poder subir a un autobús, no lograba superar aquella pérdida. Su vida cambió, nada era igual. Y el maravilloso champú, terminó utilizándolo para lavar la ropa delicada......¡Qué ruina!

2 comentarios

Ana -

(a Anonima Sanchez) Siento lo de tu calvicie lateral

Anónima Sanchez -

Que recuerdos me trae esto. Me paso lo mismo. Grande Bolas