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Bolas

Bolas.....un hombre abandonado

Bolas.....un hombre abandonado

Caía la tarde en la ciudad de Sausalito, el cielo se oscurecía poco a poco. Bolas se hallaba en el monte, vigilando sus ovejas, con la porra en la mano y el silbato en la boca para avisar  a las más despistadas. Llegó la hora de volver a casa y  reunió el rebaño para "pasar lista", una vez hecho el recuento, tocó el silbato 2 veces (señal "de vuelta a casa") y las ovejas empezaron a desfilar ordenadamente al son  del silbido desafinado entonando "El puente sobre el río Kwai". Una vez en casa, Bolas se dirigó a su rebaño con palabras de agradecimiento por su buen comportamiento durante la jornada y, tras besarlas una a una, se despidió hasta el día siguiente.
Bolas entró en casa, en dónde le esperaba Paco con la cena preparada, hoy tocaba "garbanzos a la portuguesa con alitas de pollo fritas y un rico flan con nata de postre" (era uno de esos días de cena ligera, para intentar controlar el tamaño de posaderas que estaba adquiriendo el bueno de Bolas). Después de cenar, se sentaron a ver la televisión. Esa noche había algo raro en el ambiente, Paco, que era muy hablador, no había dicho ni una palabra durante la cena y esto hizo que Bolas le preguntara: ¿qué te pasa, Paquecho?, éste le miró y en voz baja le dijo "Bolas, te abandono"... ¿Qué? -exclamó Bolas, casi gritando- ¿qué me abandonas? ¿tú? ¿después de todo lo que he hecho por tí y por tus hijos? ¿que ma abandonas?.... "Sí, Bolas, te dejo.....me vuelvo a casa". Pero ¿por qué? -preguntó Bolas-... "Porque la magia que había entre los dos se ha esfumado, bueno, eso y que ahora ya soy bombero con plaza fija y puedo permitirme mantener a mis hijos; realmente, ya no te necesito. He pedido destino a La Coruña y me lo han concedido; mañana salgo para allí y ya no te veré más". Bolas se echó a llorar, como siempre que surgía algún problemilla, miró a Paco con cara de desprecio y solo dijo "¡con lo bien que nos iba aquí!"; enfundó sus pies en las zapatillas con forma de perro dálmata y se fue a la habitación. Esa noche no durmió, solo lloró hasta el amanecer.
Al día siguiente, era domingo y Bolas no tenía que madrugar tanto como otros días. A las diez, Paco avisó a sus hijos, quitó las maletas al jardín, donde le esperaba un taxista para llevarlos a la estación.  Miró a Bolas y le dijo: "despidámonos aquí, no quiero que me montes una escenita en la estación"; Bolas lo abrazó y con lágrimas en los ojos, exclamó: "¡Esta es la segunda vez que me abandona un amigo, pero juro que no habrá una tercera!". Paco y sus hijos se alejaron en el taxi y Bolas agitó su pañuelo de papel, en señal de despedida.
Realmente, la vida de Bolas era un desengaño detrás de otro.....Pero tras este episodio, Bolas cambiaría, se convertiría en un hombre frío y calculador; sus horas de sensiblería habían acabado, ahora llegaría "la Era del Terror"......o no.....

Bolas y Paco alquilan un piso en Sausalito

Bolas y Paco alquilan un piso en Sausalito

Por todos los ciudadanos de La Coruña, era conocida la gran amistad que unía a Bolas y Paco, pero sus vidas no habían cambiado mucho. La de Paco era insulta: llevaba casado 15 años con una mujer de nombre Isabel Gómez de Leza, que le trataba muy mal y le obligaba a hacer las tareas de la casa. Fruto del matrimonio, habían nacido dos pequeños gordezuelos llamados Ernestín y Jacinto (ahora tenían 10 y 8 años). Ernestín era muy listo, como su madre, con 10 años ya cursaba estudios superiores en Oxford. Por el contrario, Jacinto era más parecido al pobre Paco, desde los 4 años se le atragantaba la asignatura de plastilina y le impedía avanzar en sus estudios.
El motivo de que Paco soportara su vida marital era, sin duda, sus hijos; si no fuera por ellos, hace tiempor que habría abandonado a su mujer.
Paco le había contado su maltrecha vida a Bolas y éste le correspondía con sabios consejos. Un día, Paco llegó a la biblioteca con gafas de sol, al verlo, Bolas le dijo: ¡eres bien original, está lloviendo y tu con las gafas de sol puestas! y entonces vio como una lágrima se deslizaba por la mejilla de Paco; Bolas le preguntó el motivo de sus lloros y Paco lo confesó: su mujer le había pegado. Bolas le abrazó  mientras Paco, entre sollozos, le relató como fuera la agresión. Bolas estaba horrorizado.....se preguntaba cómo alquien podía llegar a ser tan cruel con una persona dulce y cariñosa como Paco. Y entonces ocurrió....tomó una gran decisión.....hablaría con Isabel Gómez de Leza para llamarle la atención; Paco le advirtió que a lo mejor terminaba por probar los dulces puñetazos de su amada, entonces Bolas se vino abajo, pero prometió a su amigo buscar una solución para terminar con aquella convivencia.  
Esa noche, Bolas apenas durmió, no hacía más que pensar en el ojo amoratado de Paco. "Debo hacer algo para ayudarle" -pensaba- (la verdad es que el verbo pensar y Bolas en la misma frase.....) pero tras varias horas de insomnio y tras dejar destrozada su almohada, Bolas encontro la solución...
Al día siguiente, Bolas esperó a Paco delante de la biblio y cuando llegó le dijo: "vamos a tomar un cafe con unas madalenas y te cuento cómo terminar como alejarte de esa pesadilla llamada Isabel Gómez de Leza. Se dirigieron a la cafetería Delfos y se pidieron dos cafés con leche (tamaño desayuno), seis madalenas, un vaso de agua y doble de azúcar para el golosón de Bolas; cuando terminaron el ritual de mojar las madalenas en el café, Bolas comenzó a contarle su plan, y con la boca llena y miguitas en la barba, le dijo: "Paco, te tienes que ir de casa y empezar una nueva vida, al lado de tus pequeños"; a lo que "el hombre víctima de ultraje" le dijo:  "eso es fácil de decir, pero ¿de qué voy a vivir si estoy en el paro?.....bolas, con la voz entrecortada y con una mancha de café en la camisa le dijo: "Yo trabajaré más,  para manteneros a tí y a tus hijos". Paco no pudo evitar la emoción, era la primera vez que alquien le hacía una proposición como aquella, pero se le presentó una duda.....¿en dónde iba a trabajar Bolas, si era un inútil?. Bolas le contó que sabía de un trabajo de Sausalito (Cáceres), que consistía en la vigilancia de ganado ovino; ya les había mandado su escaso curriculum y lo habían aceptado. A Paco le entusiasmó la idea y tuvo el valor de abandonar  el domicilio conyugal.
Actualmente, 18 años después, Bolas y Paco son felices en Sausalito. Ernestín es licenciado en aeronáutica y trabaja en la NASA. Jacinto ya es capaz de hacer una bola de plastilina completamente redonda. Isabel Gómez de Leza, cumple una condena de veinte años en la cárcel de mujeres de Avila, por malos tratos físicos a un total de treinta y dos personas diferentes. Paco atiende las labores del hogar y oposita para una plaza de barrendero del ayuntamiento. Y Bolas, nuestro entrañable amigo, es el número uno en su profesión, está recién ascendido a Vigilante Jurado en temas de ganado ovino (no hay oveja que se le escape). En definitiva, bolas encontró la felicidad después de tantas penurias.....felicidad merecida!!!!

                            ............ ¿Próximo capítulo?

El amigo Paco

El amigo Paco

Como la felicidad, la amistad es algo que se tiene o no se tiene y Bolas no andaba muy bien de amigos.
Cuando era pequeño, en la escuela, a Bolas lo sentaron en la fila de atrás porque era muy grandote y no dejaba ver la pizarra a los niños de detrás. De sus compañeros de clase, ninguno prestaba atención a Bolas, pero un día llegó un nuevo compañero que se llamaba Luis Morales y que era muy listo, muy guapo y de muy buena familia. Venía Luisín desde los Montes Urales, en donde tenía su residencia desde el día en qué nació, pero después de ocho años, a su padre (que era guarda forestal en los Urales desde el año 36 , que aprobara la oposición) lo destinaron a Coruña.
Luisín, desde el pirmer día , se mostró muy agradable con Bolas; el motivo era muy sencillo ¡Bolas le daba pena!...su aspecto desaliñado, sus pies descalzos y el olor que desprendóa a "sudor  afincado desde hace días". Luisín se compadeció de él y como su familita era católica, le habían inculcado desde pequeño sentimientos caritativos hacia los menos afortunados....sin duda, Bolas era uno de ellos.
A Bolas le costaba creer que alguien como Luisín Morales fuera su amigo, pero le gustaba tanto la idea, que prefirió no preguntarse el por qué.
Fueron días felices para los dos muchachos, pero solo "días".....Luisín después de 22 días tuvo que marcharse, volvían a destinar a su padre, esta vez al Coto de Doñana (realmente en Coruña de guarda forestal, no pintaba nada). El día de la despedida, Bolas tenía lágrimas en los ojos y moquillo en la nariz, le dio un fuerte abrazo a Luisín y contempló como se alejaba su tren hacia tierras desconocidas.
Pasaban los años y Bolas no conseguía hacer amigos, pero el recuerdo de aquellos 22 días era tan fuerte, que no le daba importancia a la soledad.
Un día, estando Bolas sentado en la biblioteca, un muchacho tropezó con él, bueno más bien con su pie, que estaba en medio del pasillo (aquellos asientos no estaban pensados para gente tan grande). Se dio un trompazo de impresión y Bolas, educado como siempre, le tendió una mano para ayudarle. Al mirarse, algo nació entre los dos: AMISTAD. Después de mirarse durante largo tiempo, salieron cogidos de la mano, en busca del pasillo (para no molestar)  y alli se pusieron a charlar. Tenían cosas en común (ambos con barba y medio calvetes) y la charla animada les hizo olvidar que no sabían ni sus nombres, Bolas (como un lince) tomó la iniciativa: "hola, me llamo Bolas" a lo que el colega respondió "Pues yo no.....mi nombre es Paco" y un apretón de manos selló aquella amistad para siempre (¿seguro?).
Los dos se volvieron inseparables, iban juntos a todas partes: a la compra, al cine, al baño de la biblioteca , a misa los domingos....... ¿no es hermoso  que un hombre como Bolas , encuentre un amigo com Paco? ¿puede el destino dejar sin un mismo rumbo dos almas gemelas?

A Bolas le arranca la cana la puerta del autobús

A Bolas le arranca la cana la puerta del autobús

         La felicidad es algo que se tiene o no se tiene.... Bolas era feliz desde el momento en que había adquirido su champú milagroso; ese mismo lunes, ese fatídico lunes, paseaba por las calles de su ciudad casi natal (realmente nació en el Castromil que hacía la ruta Santiago-Coruña, la cabeza salió a la altura de Ordenes y llegando a la zona, hoy conocida como Matogrande, su cuerpecito vio la luz por primera vez) pensando solamente en llegar a su casa y probar aquella poción mágica, la boca se le hacía agua imaginándose la hermosa cabellera que se le iba a poner.

          De repente, a Bolas le cayó algo en la cabeza y pensó: ¡otra paloma más que ha hecho blanco en mi calva!, pero esta vez no era una pidgeon, sino una gota de lluvia.....y tras esa cayó otra, y otra más.......sí, amiguitos ¡estaba lloviendo!. Esto no le gustó nada a Bolas y se puso a correr hacia la parada del autobús......seguía lloviendo y el bus que no venía......por fín, apareció el de la linea 2 y Bolas subió como un rayo. Era hora punta, atestado de gente, y como Bolas no era precisamente un hombre pequeño y manejable, volvió a ganarse a pulso su ya fama de patoso y se fue encontrando los pies de la gente con sus enormes zapatones, las frases que oyó fueron variadas: ¡joder p’al gordo! ¡no levantes los pies....arrástralos!  ¡los huevos....que me rompe la bolsa de los huevos!.......pese a los obstáculos, consiguió llegar a la parte trasera y allí se quedó esperando su parada. Y, como todo lo que se espera......llegó!!  Bolas llamó al timbre y emprendió camino hacia la puerta de salida, volviendo a escuchar las mismas frases que le habían dado la bienvenida, esperó a que el bus se parara y cuando las puertas se abrieron, notó  como si alguien le empujara y aterrizó en la acera; pero....horror!! su bolsillo iba demasiado ligero....se le había caído el elixir capilar!! echó a correo tras el bus aporreándolo para conseguir detener el vehículo y después de unos 50 metros, lo consiguió. Las puertas se abrieron y pudo distinguir, en uno de los peldaños, su cajita milagrosa pisoteada y ultrajada vilmente por el populacho. Bolas se emocionó con la escena y no se percató de que el autobús continuaba la ruta, las puertas se cerraron bruscamente y llegó el fatal accidente......sufrió la baja de un total de 37 pelos de su escasa cabellera (se sabe la cantidad exacta porque quedaron pegados en la goma de la puerta.....hoy en día, 28 años después, el conductor sigue intentando despegarlos, pero sin éxito). Bolas se echó la mano a la cabeza y pensó inocentemente ¡vaya tironcillo! y sin darle mayor importancia continuó su camino.

         Lo primero que hizo al llegar a casa fue poner ruta al cuarto de baño para iniciar su tratamiento, pero al mirarse al espejo.....segundo horror!!  estaba más calvo  de un lado, aquellas puertas asesinas habían sido crueles con Bolas, le habían arrancado los pocos pelos que le quedaban en el lado izquierdo, en el mismo sitio dónde un día naciera La Cana....así era, después de haber comprado al maravilloso champú, Bolas ya no tenía su cana, en su lugar lucía una calvicie lateral. Bolas se deprimió, estuvo dos días encerrado en casa.
         Tres años después, Bolas seguía sin poder subir a un autobús, no lograba superar aquella pérdida. Su vida cambió, nada era igual. Y el maravilloso champú, terminó utilizándolo para lavar la ropa delicada......¡Qué ruina!

Bolas elige champú

Bolas elige champú

Era una mañana fría de invierno, Bolas ya había hecho sus deberes en la biblioteca y,  cuando eran las 11:40, recogió sus libros y libretas, se puso el "chubasquero pescanova verde", cogió su paraguas gris con empuñadura femenina y se dirigió (dando pasitos de bebé) hacia una aventura interesante: había decidido comprar un champú decolorante  y tratante para su reciente problema de envejecimiento capilar.
Bolas decidió comprarlo en una perfumería porque los champús de farmacia no tenían un olor agradable; el problema fue decidir a qué perfumería iría......En primer lugar  eligió la calle Real para controlar lo que proyectaban en el Cine Paris, pensó que después de algo  tan importante como la compra de un champú, necesitaría sentarse y distraer la mente con una buena película (eso si el champú le salía bien de precio, ya que su presupuesto era  ajustado). Seguidamente  se paró delante de Perfumería Garrote, pero al ver que había cinco dependientas (todas ellas mujeres) le dio un poco de reparo entrar.
Vagaba Bolas por la calle de los vinos, sin encontrar ningún establecimiento mercantil adecuado para su compra, hasta que llegó a la Plaza del Humor, en donde se encontró con Perfumería-Droguería-Regalos Lodeiro (tienda favorita de Paloma López), decidió entrar al ver la variedad de artículos del escaparate, la dependienta al verlo lo asaltó con la frase ¡Buenos días!, ¿deseaba algo?..... - para Bolas esto era nuevo, pues nadie se había dirigido a él con más de dos palabras ( "aparta, gordo"   "¿tiene hora?"   "¡vaya despistado!" .....)-  él con la voz entrecortada por la emoción dijo "Si, quería un champú" y con un dedo señaló su  cana. La joven dependienta se echó a reir y Bolas, con el rostro enrojecido, sacó su cuerpo serrano de allí , como alma que lleva el diablo. Humillado y dando pasitos de bebé, se dirigió a Supermercados Claudio (pensó que allí nadie le preguntaría nada, porque te servías tu mismo). Cogió una cestilla para poca compra y buscó la sección de aseo personal y....¡allí estaba!, ¡era él....su champú!, su precio era de trescientas ochenta y siete pesetas y en la etiqueta decía "champú decolorante y tratante, especial para personas con problemas psicológicos e inminentes signos de calvicie"......aquello era más que un champú. era la vida de Bolas resumida en la solapa de una cajita blanca, por aquel producto Bolas lo habría dado todo, hasta su virtud....
Bolas se dirigió a la cajera  con las trescientas ochenta y siete pesetas en la mano y con una sonrisa de oreja a oreja, la muchacha lo miró extrañada y le cobró, ofreciéndole una bolsa para que guardara aquel tesoro, pero Bolas, con un gesto, manifestó su deseo de meterlo en uno de los grandes bolsillos del chubasquero pescanova, el momento "violines de  fondo" se vio interrumpido por un  grito..... ¡¡el siguienteeeeee!!!!
Bolas era feliz.... todavía más feliz que cuando se enteró de que la barba no era un problema genético, sino que le salía a muchos hombres. ¡¡Y si Bolas es feliz, todos somos felices!!  verdad?????

                (Próximo capítulo:  A Bolas le arranca la can............)

Año nuevo para Bolas

Año nuevo para Bolas

(Me llena de orgullo y satisfacción dirigirme de nuevo a mis lectores, los cuales pensaban que había abandonado el noble arte de la pluma y el papel....pues NO, amiguitos, aquí estoy con otra interesante aventura de nuestro infatigable y ardiente protagonista Bolas)
Un nuevo año sorprendía a Bolas en su habitual silla de la biblioteca, un año que le deparaba nuevas aventuras y algún que otro problemilla......y digo problemilla, porque la cosa no era para tanto.....corría el mes de enero de 1996 y a Bolas le había salido una CANA....sí, amigos, unos de esos pelos que con el paso del tiempo se tornan blanquecinos y duros cual espolón de gallo de 25 años. Pues sí, era cierto, Bolas ya era un  hombre que peinaba, por lo menos, una cana.
 El día que la descubrió, su rostro palideció cual vela en época de la candelaria.....¡era imposible! -repetía una y otra vez- él todavía era joven, él todavía conservaba su virtud intacta.....pero una cana lo cambiaba todo: ahora le tratarían de usted por la calle, le dejarían asiento en el autobús y podría inscribirse ya en los viajes que organizaban para la segunda edad. Su vida iba a cambiar por un pelo......un asqueroso pelo que, por mucho que peinara, no lograba amaestrar....se rebelaba y luchaba por mantenerse tieso; pero Bolas ganaría la batalla, por su mente ya pasaba la idea de ¡¡arrancárselo!!!!.....
No, Bolas.....no lo hagas!!...la vida puede llegar a tratarte mal, pero si te arrancas la cana, tu ego se quedara a la altura del betún, nunca volverás a ser el mismo.....RESISTE!!!!! Sabes que cuentas con el apoyo de esa gente que, como tú, conoció el maravilloso mundo de las canas....un mundo apasionante lleno de champús decolorantes y lociones capilares. Ahora es tu mundo, Bolas.....no reniegues de él!!  Te queremos....aunque lleves eso en la cabeza!!!
Un pelo blanco (o cana) tuvo la culpa de que un buen hombre cambiara de vida.....pero le esperan grandes aventuras que relataremos en otro momento
                    
                        (Próximo capítulo: Bolas elige champú)

Bolas.....nos asaltan las dudas!!!!!

Bolas.....nos asaltan las dudas!!!!!

(no es un capítulo, sino un desbarre!!)

La vida de Bolas, por aquel entonces, era insulsa e insípida. "La ciudad que le vio nacer" estaba hasta el gorro de él....de sus contínuas idas y venidas a la biblioteca....."la ciudad que le vio nacer" se hacía las siguientes preguntas
¿acaso Bolas no tenía vida fuera del recinto de la biblioteca?
¿era Bolas un hombre fracasado?
¿tenía Bolas doble personalidad?
¿se escondía en Bolas un hombre maduro, inteligente, calculador e insaciable?
¿por qué llevaba Bolas un paraguas gris en lugar de negro, como cualquier hombre de bien?
¿por qué hace frío en invierno?
¿por qué mataron a Kennedy? ¿fue Bolas?
"La ciudad que le vio nacer " no tenía respuestas a semejante cuestionario. Todo lo que tenía que ver con Bolas, sobrepasaba los límites de la realidad...él inventó la palabra "misterio"
Pero....¿acaso nos va a quitar el sueño un hombrecillo sin personalidad?.....pues claro que no, hay que seguir adelante, sorteando los obstáculos de la vida y cuando pase el tiempo y no sepamos ni quiénes somos ni de dónde venimos....pensaremos en Bolas....un hombre sin pasado, sin presente ni futuro; un infeliz al que la vida le ha dado muchas patadas, pero que sigue paseando su cuerpo serrano por las calles de  "la ciudad que le vio nacer". Un hombre al que le da igual blanco que negro, frío que calor, cuadrados que círculos......en definitiva, Bolas!!!!

Y llegó Bolas.........

Y llegó Bolas.........

Os voy a presentar a Bolas, un personaje de ficción que creé en 1995 mientras estudiaba, preparando unas duras oposiciones. El personaje está basado en un muchacho treintañero que se dejaba ver por la Biblioteca en la que yo estudiaba, del cual ni conoczco su nombre pero de vez en cuando, todavia lo veo por la calle (por supuesto......las oposiciones no las aprobé)

Erase que se era, un hombre llamado Bolas..... habitaba en una casita vieja situada en las afueras de Guísamo. Todos los días, Bolas utilizaba  su vieja bicicleta y pedaleaba hacia la gran ciudad, para estudiar en una biblioteca pública durante la mañana. Era Bolas un hombre sencillo que no se metía con nadie y  estudiaba con ahínco, llevando  un libro gordísimo que parecia el de Petete; llegaba a las 9 y se marchaba a las 12  o 12 y media (dependiendo de lo despejada que se encontrara su cabeza). En la bibioteca (y en el mundo) Bolas tenia dos amigos: "el tirantes" y "el sinnombre".  El  Tirantes era un "pedazo de homiño"  con el pelo engominado y amplio flequillo que no utilizaba cinturon para sujetar los pantalones y que andaba como si estuviera "empalado". El Sinnombre era el otro amigo, y por no tener no tenia ni importancia para que hablemos de él en esta historia. Bolas también era coleguilla del de Seguridad (da igual quien estuviera de turno.....el veia un uniforme verde y se ponia a hablar de forma sociable, ajeno a que ese uniforme lo vestian 4 personas diferentes). La mañana era la parte favorita del dia para Bolas, al mediodía Bolas tenía que volver a su triste vida....un drama social que se repetía día tras día.....
Llegaba siempre puntualmente para preparar la  comida para sus 17 hermanos, su padre y su madre, nadie se lo agradecía, como era el mayor de los hijos, formaba parte de sus responsabilidades.  Por las tardes, trabajaba en la casa de un marqués, como jardinero especializado en el cuidado de petunias y azaleas. Antes de anochecer a Bolas le tocaba de nuevo pedalear para atender su segundo trabajo, actuaba como Sexy-Boy en una discoteca de la zona, un trabajo que a él no le satisfacía en absoluto, ya que era un hombre de moral intachable...pero no le quedaba otro remedio, o sino no podria pagar las operaciones de estética de su madre, la cual no se resignaba al paso del tiempo. Por la noche, cansado de mover el culito delante de cuarentonas que le metían billetes de mil pesetas en el tanga, y que le gritaban "queremos un hijo tuyo", Bolas volvía a casa   y tras ocuparse de sus hermanos y acostarlos.....le tocaba el turno a sus padres.... borrachos delante del televisor, tras lo cual, Bolas caía rendido en un colchón viejo que sus padres le regalaron al cumplir los 2 años y allí se quedaba dormido........